Las joyas dentales y los piercings son unas de las tendencias que más están arrasando entre los famosos. La preocupación por la imagen personal y la estética dental van más allá de una sonrisa bonita, blanca y bien alineada. Por ello, Rosalía, J Balvin y Katy Perry son algunos de los famosos que han optado por este tipo de complementos para darle un impulso llamativo a su boca. Pero, ¿qué tan segura es esta práctica? ¡Atento!
Las joyas dentales
Procedimiento
La colocación de joyas o piercings dentales son un procedimiento estético de lo más sencillo, de apenas unos 20 minutos (depende del caso) y cuya ornamentación se coloca mediante un proceso de adhesión con resinas fotopolimerizables.
¿Es seguro?
En principio, llevar diamantes o aparatos removibles de oro es una práctica que no debería de afectar al diente. Sin embargo, no se puede generalizar, ya que todo depende de las condiciones morfológicas del diente y el estado dental de cada persona.
Lo que sí es cierto es que es una práctica que conlleva posibles ciertos riesgos, ya que llevar cualquier tipo de dispositivo en los dientes puede producir patologías a corto y largo plazo. Por lo que siempre será recomendable tenerlos en cuenta y pedir consejo a un profesional.
A continuación, os dejamos un listado con los posibles riesgos.
Posibles riesgos
- Erosión en los dientes o en las encías.
- Acumulación de restos de comida y suciedad.
- Periodontitis o gingivitis crónica.
- Higiene bucal inadecuada.
- Alergia existente al composite u otros materiales de joyería dental.
- Estrés muscular.
- Modificación de las características de la mordida.
¿Y LOS PIERCINGS EN LA BOCA?
Llevar algún piercing en la boca es otra de las práctica más populares y recurridas entre los jóvenes. Actualmente, el uso del piercing en la boca, ya sea en la lengua, frenillo o labios, no deja indistinto a nadie. Sin embargo, aunque para algunos resulte atractivo, lo cierto es que esta práctica puede acarrear ciertos peligros para la salud bucodental.
A continuación, os dejamos alguno de ellos:
- Complicaciones en el momento de la perforación: Esto sucede con los piercings en los labios o en el frenillo, ya que estos están en contacto directo con las encías y los dientes y provocan reducción paulatina de tejido en las encías, lo que a largo plazo significaría desgaste y fractura dental.
- Acumulación y reproducción de bacterias: Los piercings a la hora de comer son obstáculos y barreras que tienden a retener restos de comida, impiden una buena y efectiva limpieza de la zona y hacen que las bacterias se acumulen, favoreciendo así su rápida reproducción y dando lugar a problemas como halitosis, sangrado, inflamación…
- Fracturas en los dientes: Es otro de los riesgos más comunes, ya que es muy posible que al morder o al estar jugando con el propio piercing puedas provocarte una fractura grave en los dientes.
- Y, por supuesto, ¡dificultades para recibir atención odontológica! Llevar un piercing en la boca dificulta y, en ocasiones, impide recibir cualquier tipo de tratamiento bucodental, desde la realización de radiografías hasta la propia limpieza bucal que tan necesaria resulta para una correcta higiene.
En conclusión, hay que ser conscientes de los peligros que conllevan este tipo de prácticas y llevar una higiene bucal extrema en toda la boca, desde las encías, los dientes, hasta la lengua. Por lo que, si estás pensando en colocarte algún tipo de joya dental o piercing y tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto con un profesional. En Hernández Clinica Dental podrás encontrar un asesoramiento personalizado sobre este tipo de tratamientos. ¡Pide cita!